Expresivo, equilibrado, amplio, ambicioso, neto. El Audi A5 toma el relevo de aquellos espantosos Audi Coupé de los años ochenta, y de las carrocerías derivadas de los 80/90 que vinieron a continuación. Es superior en cualquier cosa a todos aquellos conmovedores intentos de su tiempo por hacerse un hueco entre los deportivos europeos de dos puertas. Entonces, la tecnología no estaba a la altura del arte.
Walter De'Silva no cuida sólo los detalles, pues para eso ya está un formidable equipo de ayudantes. El diseñador brasileño, en otro tiempo lastrado por su larga experiencia a cargo del diseño de Alfa Romeo, ha acertado ahora a llevarse consigo, y volcar en su trabajo, lo mejor que le dio Italia. Sabe cómo trazar la mejor silueta posible si le dicen, como en este caso, que el coche debe medir 4,63 metros como mucho. La mejor silueta desde el punto de vista técnico -tiene buenos ingenieros- pero también la más agraciada, espléndida y serena, que para eso De'Silva es una especie de genio renacentista, un pintor tímido que un día encontró su sitio entre coches y mecenas.
Informacion sobre el nuevo Audi A5
Visto al natural, el Audi A5 mejora la impresión que pueda darnos la mejor foto. Es algo más bajo de lo habitual, es elegante y está bien proporcionado. En su interior caben cómodamente cuatro ocupantes, requisito fundamental si se pretende hacer viajes sin renunciar a nada. Y todos sus equipajes caben en el maletero, por supuesto. Hay seis versiones del A5, a partir de cinco motores (170-354 CV) y dos tipos de caja de cambio. La tracción Quattro está disponible para los A5 TDI y FSI más potentes y es opción única para el S5. El chasis parece magnífico, sin grandes diferencias de prestaciones entre las variantes de dos o cuatro ruedas motrices, aunque los A5 Quattro añaden un plus de agilidad en el trazado de curvas medias y rápidas. El ESP es muy respetuoso con las prerrogativas del conductor y los neumáticos tienen el tamaño justo, sin concesiones estéticas, para trabajar siempre en el alto límite de estabilidad que propone el chasis.
El BMW Serie 3 Coupé tiene en cambio unos neumáticos de perfil más bajo, que están a punto de comprometer el confort de marcha... sin llegar a estropearlo. Si tomamos en consideración el A5 3.2 FSI Quattro de 265 CV, su rival predilecto es el BMW 330xi Coupé (272 CV). Sus precios son de 48.700 y 48.300 euros, respectivamente. BMW vuelve a mostrar su dominio en materia de motores y ofrece algo más de potencia con un consumo más bajo, y eso que el Serie 3 Coupé pesa algo más que el Audi A5. No es magia, es experiencia y dominio. En cambio, si comparamos el Audi A5 3.0 TDI y el BMW 330xd Coupé, se invierten las tornas. El V6 de Audi gasta lo mismo que el motor de seis cilindros en línea del BMW, pero es más potente, ofrece prestaciones algo mayores y cuesta 1.500 euros menos, a igualdad de equipamiento.
Ambos tienen cotas interiores muy parecidas, con unas buenas plazas traseras, a las que se accede con cierta facilidad, y una escasa altura libre hasta el techo en las delanteras. La mayor longitud del A5 le permite ofrecer algo más de maletero (455 frente a 440 litros), y la capacidad no se resiente en las variantes de tracción total. ¿Tracción total, decimos? El Alfa Brera 3.2 Q4, que es casi tan potente como sus rivales alemanes y mucho más barato, ofrece el atractivo de una escultura rodante. Tiene las limitaciones de un pequeño coupé de 2+2 plazas, pero estas no empañan la emoción que produce conducirlo.